lunes, enero 28, 2008

¡Y que viva lo privado!

La semana pasada en una entrevista en Radio Interconomía, escuché al nuevo y flamante número 2 del PP por Madrid, aquel que la presidenta de esa comunidad definió como "el candidato de los trabajadores y de los jóvenes", poner como ejemplo de la eficacia del sector privado frente al público al hecho de que el aeropuerto de La Habana esté gestionado por una empresa canadiense. Si al señor Pizarro no se le ocurre mejor ejemplo de "eficaz" gestión privada que una sociedad compartida al 50% con el gobierno comunista de un país donde está presente la cartilla de racionamieto, le voy a poner yo uno de un sector que conoce perfectamente: el energético.

En agosto del año pasado solicito a Gas Natural el cambio a tarifa de mercado libre, que supone un ahorro de un 6% sobre el precio del gas sin cambio alguno en el servicio. Remito toda la documentación necesaria firmada, y no vuelvo a saber nada más de mi solicitud.

En noviembre le pregunto a la compañía por mi gestión, y me informan de no haber recibido carta alguna. Me vuelven a enviar los contratos y los vuelvo a devolver.

En diciembre vuelvo a interrogarles y nuevamente me repiten que no han recibido documentación alguna. Envío una reclamación escrita y me comunican que el problema no reside en Correos, sino en ellos mismos que no han pasado la revisión obligatoria de la instalación (¡la última inspección la hicieron en 2002!), requisito indispensable previo al cambio de tarifa.

Acudo a un centro a solicitar dicha revisión. Hoy me llaman y me dicen que como los técnicos no andan por la zona, que tendré que esperar a que se organice una próxima revisión para dentro de dos años.

En comercialización de gas se ha concedido el monopolio de facto a una empresa privada, cuyos resultados frente todos los males que encarna la empresa pública son:
  • La inmensa mayoría de los ciudadanos siguen teniendo un precio de mercado regulado, y cuando quieres beneficiarte de la liberalización, como es mi caso, bien se encargan de ponerte la zancadilla. Ahorro para el peatón = cero.
  • Te citan una única vez para una revisión obligatoria, pero de pago, cada 4 años. Si no estás en casa, te dejan para los próximos 4 años. La seguridad por delante.

Pues no seré yo precisamente de los enamorados de lo público, pero para ver como a cambio de todo esto el único beneficio que se genera es para una empresa con delirios de grandeza que encima insulta a sus clientes, disiento del señor Pizarro sobre lo excelente del sector privado.

1 comentario:

  1. Hola me gustaría ponerme en contacto contigo para comentarte un tema de enlaces.

    escribe aqui euribors@gmail.com

    gracias

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