En el aislamiento de una vivienda la persiana es un punto crítico pues habitualmente permite la entrada de aire exterior casi siempre a través del agujero del cajón por el que sale la correa. Un producto pensado para esto puede ser el pasacintas DIHA, aunque antes de recurrir a soluciones comerciales nada baratas puede recurrirse a elementos caseros siempre y cuando el diseño de la persiana las permita:
A) Poniendo una gota de espuma de poliuretano sobre un cartón y dejándola secar tendremos una pequeña pelota de espuma aislante, resistente y aceptablemente esponjosa susceptible de moldear con una tijera.
Cortándola podremos hacer una pieza a medida que encaje en el agujero de la caja de la persiana. Tendrá que tener un carril para dejar subir y bajar la correa, y su propio rozamiento le hará sitio al rasgar el carril si es demasiado estrecho.
Una vez bien adaptadas las piezas al orificio puede dárseles una capa de silicona para en la medida de lo posible mejorar el sellado y evitar que la correa las arrastre a dentro de la caja.
B) La pieza embellecedora con los rodillos de la correa puede ajustarse con unos trocitos de burlete de espuma.
C) Al cajetín de la cinta puede insluflarse sobre su fondo un poco de espuma de poliuretano, y a continuación le encastramos la cinta envuelta en una bolsa de plástico para que la espuma expanda sin mancharla. Una vez seca sacamos la cinta y quitamos el pástico (la espuma no le adhiere), y tendremos el cajetín sellado con un molde hecho a medida de la cinta.
Con esto el flujo de aire del interior del cajón a la estancia no estará sellado pero si mayormente estrangulado con un coste simbólico. A continuación una comparativa en idéntica situación climatológica entre una ventana trabajada y otra que no.
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